Manos de topo

Recuerdo tu champú, puntas abiertas, cabello graso y ahora ya no me haces ni caso...

Con un estilo entre el surrealismo daliniano y la "sencillez" del grupo más lo-fi que os podáis echar en cara, estos catalanes sacaron al mercado hace apenas un año su segundo disco "El primero era mejor" (que, por cierto, hace honor a su nombre) tras el éxito del Ortopedias bonitas de 2007.

Su música no es menos extravagante que su aspecto.

Un estilo muy particular, marcado por una mezcla de indie pop y folk con mucho tirón de xilófono, trompeta y otros instrumentos poco usuales en el género son incapaces de pasar por ningún oído sin pena ni gloria. Por norma general, pasan más bien con pena y dolor (al menos entre la gente a la que se lo he hecho escuchar) pero a mí me gustaron desde la primera escucha. Como suele ocurrir con grupos tan particulares.

El detalle que convierte al grupo en un auténtico sui generis es, sin lugar a dudas, la voz. Renunciando a cualquier noción sobre canto establecido su vocalista se dedica a "llorar" las letras en lugar de cantarlas, respetando cierta entonación no obstante. También destacar las letras de las canciones, totalmente neuróticas en las que sueltan perlas como

"Y si necesito amor encenderé el radiador,
porque no quiero estar contigo si es encerrado en el baúl,
porque la comida es fría y apenas entra luz,
porque huelen las paredes a recién pintado aún."

(El cartero)

Lamentos como "qué pena que no haya violadores políticamente correctos" o "qué pena que no haya ortopedias bonitas para las chicas guapas" dan cierta idea sobre las veleidades de los catalanes. (Ballas en Dallas)

Es posible que tengáis problemas para escuchar estas canciones en spotify o, mejor dicho, que sencillamente no podáis. El único disco suyo que tienen es el El primero era mejor que, como ya he dicho, no engaña, por eso me dedico a hablar del primero. No obstante, subiré el original al megaupload, no os preocupéis.

Manos de topo - Ortopedias bonitas